martes, 4 de mayo de 2010

Hace 6 meses, hablábamos en esta misma columna de la insostenibilidad de las cuentas públicas y por qué España iba camino de la bancarrota. Hace 6 meses, cuando algunos creían imposible que un país de la UE recibiera ayuda del FMI, hablábamos aquí que España necesitaba ya pedir ayuda al FMI.

Hace 6 meses, hablábamos en esta misma columna de la insostenibilidad de las cuentas públicas y por qué España iba camino de la bancarrota. Hace 6 meses, cuando algunos creían imposible que un país de la UE recibiera ayuda del FMI, hablábamos aquí que España necesitaba ya pedir ayuda al FMI.

Esto, que ya lo sabemos desde hace meses, no ha aparecido visible a algunos hasta que S&P ha rebajado nuestro rating. Un informe de “amigo”, porque sólo dice una mínima parte de lo que nos depara el futuro. Bienaventurados los que no necesitan a S&P para saber lo que verdaderamente ocurre porque mantendrán sus bolsillos a salvo.

S&P señala el excesivo endeudamiento de los sectores privado y público como lastre para la economía, a lo que el Gobierno responde con un Plan para reducir la Administración (que supondrá un ahorro de €16 millones) y la oposición responde que el Estado no puede endeudarse más y que debe hacer como las familias y reducir su deuda.

Engaños de un bando y engaños del otro. Hay un problema con reducir la deuda: a estas alturas, y bajo este sistema, Estado y familias no pueden reducir sus deudas a la vez.

La economía de un país se divide en 3 sectores, Privado (familias y empresas), Público (AAPP) y Exterior. Cada uno de estos 3 sectores tiene su Balance:

a) Balance del sector Privado: diferencia inversión y ahorro

b) Balance del sector Público: diferencia gasto e ingresos públicos

c) Balance del sector Exterior: diferencia exportaciones e importaciones

Cada sector está en déficit o en superávit si su ahorro es mayor que su inversión, su gasto fiscal mayor que su recaudación… lo importante para España son 3 conclusiones:

1) Si el sector público tiene superávit, las familias tendrán un déficit.

2) Si el sector público tiene déficit, las familias tendrán un superávit.

3) Sector público y sector privado no pueden tener superávit al mismo tiempo. “Alguien” tiene que tener un déficit. O el Estado se endeuda o lo hacen las familias.

Un ejemplo de lo anterior es la entrada de España en el euro. Cumplir con Maastricht supuso un necesario recorte de gastos públicos y un superávit presupuestario que duró hasta 2007.

Pero si un sector tiene superávit, otro tiene déficit. “Alguien” tiene que endeudarse. Así, las familias, gracias a la entrada de capitales, se endeudaron a cambio de empleo y riqueza inmobiliaria durante toda una década.

Pero este modelo no podía continuar indefinidamente. En 2005, el Banco de España decía que superávit presupuestario a costa de endeudar a las familias no era sostenible.

Lo que es insostenible es insostenible. La crisis estalla y desde 2009 ocurre lo contrario que entre 1999-2008: aumenta el ahorro familiar, lo que junto al despilfarro político lleva al endeudamiento y deterioro del sector público (ver página 12, página 22 y página 3).

En 2010, si nuestro Gobierno espera reducir el déficit al 3%, o el sector exterior tiene un superávit de 9 puntos o las familias gastan 9 puntos más que lo que ingresan (sobre PIB).

El sector exterior no puede tener ese superávit por las restricciones de la UE: el superávit corriente de un país es déficit de otro. Alemania tendría que disminuir su superávit para ayudar al sector exterior patrio.

Lo que significa que lo tendrán que hacer las familias gastando más. Pero, ¿qué hacen? Aumentan su ahorro y no consumen. Pues se las gravará, porque salir de la crisis pasa por más consumo de las familias (ver página 34).



Bajo este sistema (en el que deuda es crecimiento y dentro de la UE) Estado y familias no pueden reducir su déficit al mismo tiempo. “Alguien” tiene que endeudarse. Si lo hace el Estado, no cumplirá el 3%. Si lo hacen las familias… es que no pueden endeudarse más.

Los políticos de un lado piden que el Estado no se endeude, pero no cuentan que para que ello ocurra las familias tendrán que endeudarse. Los del otro lado despilfarran y no cuentan que es imposible reducir el déficit al 3% sin un ajuste brutal y que España no tiene medios por si sola para salir de la crisis.

Que los políticos no digan la verdad y que parte de los periodistas económicos defiendan una u otra causa es entendible pero ¿y los economistas? Colegas, ¿cuándo vais a explicar que dentro de esta pseudo Unión Monetaria y con esta clase política no hay solución?

De seguir así, seguimos dirigiéndonos hacia la bancarrota. En octubre de 2009 pedíamos la ayuda al FMI o la salida pactada del euro. Seis meses perdidos. ¿Qué esperamos?

Ah, que es que hay que esperar hasta que S&P nos diga en otro “informe” cómo estamos. Pues nada nada, niño, ponme una cerveza más y dime qué tapitas tienes, anda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario