lunes, 31 de mayo de 2010

ZP Ganará por Jordi Sevilla

Así es cómo Zapatero ganará las elecciones, según Jordi Sevilla
Jordi Sevilla | Zapatero



Si las elecciones se celebrasen ahora, José Luis Rodríguez Zapatero se vería obligado a dejar su puesto a Mariano Rajoy. Pero el presidente no lo tiene todo perdido y si juega bien sus cartas puede incluso revalidar su cargo. Eso es lo que opina uno de sus ex ministros. Jordi Sevilla, a través de su propio blog, le da a Zapatero la receta para hacer olvidar el tijeretazo y el “error” con los ayuntamientos y revalidar así el poder en las urnas.

“Lo primero es, claro, no ceder a las peticiones interesadas de adelantar las elecciones ahora que está en el punto más bajo del ciclo electoral. Hay que intentar agotar la legislatura, como sea, para desgastar a la oposición que tendrá difícil aguantar dos años con el ‘váyase’ como único programa político, mientras el caso Gürtel se va cobrando piezas. Para llegar, tiene que superar cuatro pruebas interrelacionadas: la huelga general, los presupuestos, las municipales y autonómicas y la recuperación de la economía”, dice Sevilla.

El ex ministro socialista reconoce que Zapatero vivirá “sus peores pesadillas personales” tras el recorte del gasto y de las reformas estructurales. Sin embargo, estas medidas dejarán “al PP sin discurso al haberse apropiado el Gobierno de la ‘ortodoxia’ contra la crisis (…), lo que le empujará hacia una derecha radical e inconsistente muy alejada del votante de centro”, y debilitará “más a unos sindicatos a los que no les sobra prestigio social”.

“A partir de ahí, antes del verano en todo caso, agotado el recorrido del ajuste más reformas y tras la huelga, el Gobierno iniciará un paulatino pero evidente ‘giro a la izquierda’: impuestos a los ricos etc, con gestos de autoridad frente al ‘desmadre’ autonómico y municipal. Con ello, golpeando a izquierda y derecha, intentará darle oxígeno a los sindicatos que se podrán apuntar parte de las medidas, intentará darle la puntilla a un PP cada vez más huérfano de discurso y, sobre todo, iniciar una aproximación seria a la izquierda parlamentaria en busca de los siete votos que necesitará para aprobar los próximos presupuestos. Es cierto que CiU dijo que no los apoyará. ¿Y qué, si tampoco apoyó los actuales, ni los anteriores, ni los de antes de los anteriores? Sin descartar otras opciones (PNV, CC etc) los votos de izquierda (siete) serán el objetivo prioritario para superar la próxima prueba presupuestaria”, añade Sevilla como receta.

La prueba de las autonómicas

La siguiente gran prueba para el Gobierno serán las elecciones autonómicas y municipales. Para el ex ministro, Zapatero “llegará con un Gobierno fortalecido por haber superado los obstáculos puestos en su camino por los demás y un PP debilitado por no haber sido capaz de tumbar al Gobierno ni tampoco de apoyarlo. Y con el examen ‘Camps’ pendiente de los Tribunales”.

Y aún hay más: “El PSOE, con un discurso radicalizado izquierda-derecha y revestido con el traje de la responsabilidad por haber hecho frente a lo que tenía que hacer, para superar la crisis sin arrugarse, centrará la campaña en tres o cuatro objetivos de alto riesgo y alto valor simbólico: Castilla la Mancha, Sevilla, Comunidad Valenciana etc. Puede pasar dos cosas: que su electorado haya recuperado la moral y el discurso de confrontación les vuelva a movilizar o que decidan darle a ZP un voto de castigo en forma de abstención (el síndrome del 2000) en las autonómicas y municipales. Tanto en un caso como en otro, bien sea por la moral recuperada o por el susto tras una apabullante victoria del PP, el actual tsunami electoral volverá a voltearse de cara a las generales del 2012”.

Pero para que el PSOE revalide su victoria, Sevilla dice que se tienen que dar varias circunstancias: “primero, el candidato vuelva a ser un ZP que anunciará que es su ultima vez, por lo que, tras las elecciones, se abrirá un período de cambio ordenado en el Partido; segundo, siempre que el PP mantenga a su actual candidato y, tercero, la situación económica no empeore y exista la convicción de que las cosas van, poco a poco, mejorando. Porque entonces, el Gobierno, se podrá atribuir en exclusiva los méritos”. Y es que, como concluye el ex ministro, “no se puede vender la piel del oso antes de cazarlo”

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