El Senado de Estados Unidos ha aprobado este lunes una medida que pondrá dificultades para que en el futuro el Fondo Monetario Internacional (FMI) sufrague planes de rescate a estados sobre los que existan serias dudas respecto a su capacidad de devolver los préstamos.
La medida, que ha sido aprobada por unanimidad, consiste en que en el futuro, ante casos como el de Grecia, el representante de Estados Unidos en el FMI analice las posibilidades del país en cuestión de devolver el dinero del préstamo. En caso de que este dictamen sea negativo, el voto de Washington con respecto a la concesión de estos préstamos de emergencia también lo será.
Esta medida se ha aprobado después del multimillonario crédito de 110.000 millones de euros concedido a la endeudada economía griega, de los cuales 30.000 millones corresponden al FMI, una entidad de la que Estados Unidos es el principal financiador y en la que tiene poder de veto, aunque nunca lo ha usado.
La norma aprobada, además, se ajusta al clima de opinión existente en Estados Unidos, donde muchos ciudadanos no vieron con buenos ojos el gasto de cientos de miles de millones en fondos públicos que el Estado tuvo que movilizar en 2008 y 2009 para evitar la caída de grandes bancos, aseguradoras y empresas automovilísticas.
Así, si existía oposición a pagar con fondos públicos el rescate a empresas estadounidenses, ésta es aún mayor cuando se trata de financiar, aunque sea de forma indirecta, la deuda de países extranjeros.
Esta medida, que fue presentada por un senador del Partido Republicano, se añadirá a un paquete de otras regulaciones financieras que se someterán a votación en la Cámara Alta durante esta semana.
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