El ministro de Finanzas heleno, Yorgos Papaconstantínu, aseguró hoy que Grecia situará su déficit público por debajo del 3% en 2014 con el duro plan de austeridad acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE).
El ministro de Finanzas heleno, Yorgos Papaconstantínu, aseguró hoy que Grecia prevé ahorrar 30.000 millones, el 11% de su PIB, para reducir su déficit público por debajo del 3% en 2014.
"En 2014 el déficit estará por debajo del 3%", desde el actual 13,6%, aseguró en rueda de prensa el ministro, que agregó que las ayudas internacionales para evitar la bancarrota griega van de 2010 hasta inicios de 2013, y su montó se revelará esta tarde en Bruselas.
"El programa (de austeridad) implica un esfuerzo fiscal de 11 puntos del PIB, o sea, 30.000 millones de euros en tres años (hasta 2013), en adición a lo anunciado en el programa económico para 2010", explicó el ministro sobre el ahorro que acometerá el Gobierno.
Por su parte, el primer ministro griego, Yorgos Papandréu, defendió hoy en un Consejo de Ministros extraordinario el plan de austeridad acordado con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar la bancarrota del país.
"Haré todo lo necesario para librar el país de la quiebra. Ningún griego podría pensar en la magnitud del déficit cuando abandonó el poder el anterior Gobierno", aseguró Papandréu al inicio del encuentro.
"El objetivo es recuperar la credibilidad internacional", agregó el primer ministro, que reconoció que su país no está en condiciones de refinanciar su deuda en los mercados internacionales.
Atenas ha negociado desde hace casi dos semanas un programa de consolidación fiscal trienal con el FMI, la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE), una condición previa para acceder a los fondos internacionales de hasta 135.000 millones de euros que salven al país de la bancarrota.
El primer año se pondrían a disposición 45.000 millones de euros, de ellos 30.000 millones procedentes de préstamos bilaterales de los países de la zona del euro y 15.000 millones del FMI.
Para reducir el déficit, que en 2009 escaló al 13,6% del Producto Interno Bruto (PIB), hasta el 3,6% en el año 2013, el Gobierno griego se compromete a recortar los sueldos de los funcionarios, detener las contrataciones públicas y congelar los salarios en el sector privado durante tres años.
Además, también se recortarán las pensiones, las de más de 600 euros mensuales pasarán de 14 pagas anuales a 12, según algunos aspectos del programa adelantados por los medios griegos.
También subirán los impuestos sobre alcohol, tabaco y gasolina un 10% y se incrementará el impuesto del IVA dos puntos, hasta el 23%, en la que es la segunda subida de este gravamen este año.
Las medidas aún deben de recibir el visto bueno del Parlamento la semana que viene, probablemente el miércoles, algo que se considera un trámite porque el gubernamental Partido Socialista Panhelénico (Pasok) cuenta con mayoría absoluta.
La presentación de las medidas se produce horas antes de la reunión extraordinaria de los dieciséis ministros de Finanzas de la zona del euro para valorar el plan de ajuste y la eventual activación de la ayuda financiera internacional prometida a cambio.
Esta es la primera vez en los once años de historia de la moneda única europea que uno de los miembros de la zona ha de ser salvado de la bancarrota por su incapacidad para refinanciar su deuda en los mercados internacionales.
Conocedores de las implicaciones del plan de austeridad, cuyo cumplimiento supervisará el FMI, alrededor de 20.000 manifestantes acudieron ayer a la convocatoria de los principales sindicatos griegos en Atenas para mostrar su rechazo a las medidas durante el Día del Trabajo y el próximo miércoles hay convocada una huelga general.
"Tememos que traerá una explosión social, la recesión y un estancamiento de la economía", advirtió a Efe Ilias Iliópulos, secretario general del mayor sindicato de empleados públicos, Adedy.
Pese al carácter mayoritariamente pacífico de las protestas, la policía tuvo que cargar varias veces con gases lacrimógenos en Atenas y Salónica contra grupúsculos radicales que destrozaron escaparates y atacaron a los agentes con piedras y cócteles molotov.
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