Salgado improvisa un plan de ajuste de 15.000 millones para calmar a los mercados
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A este pintoresco personaje,con rasgos de caciquillo vulgarote de comarca y serias taras de personalidad,lo coló en el trono...
pejo
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@Carlos Sánchez - 10/05/2010
La ministra de Economía, Elena Salgado (Efe).
La presión de los mercados sobre la economía española comienza a dar sus frutos. La vicepresidenta Salgado anunció ayer en Bruselas un recorte adicional de los objetivos de déficit para 2010 y 2011. El ajuste será equivalente a unos 5.000 millones de euros este año (el 0,5% del PIB) y a 10.000 millones el año que viene (1% del PIB). En total, 15.000 millones de euros con los que el Gobierno pretende calmar a los mercados financieros, que han encarecido las emisiones de deuda del Reino de España hasta niveles descocidos desde el nacimiento del euro.
Lo curioso del anuncio es que se produce apenas cuatro días después de que el presidente Zapatero recelara de la puesta en marcha de drásticos planes de ajuste como el que se aplicará en Grecia, ya que, en su opinión, podrían en riesgo la recuperación económica. No ha pasado ni una semana y el Gobierno anuncia un recorte adicional que hay que sumar a los 50.000 millones previstos inicialmente para lograr situar el déficit presupuestario en el 3% del PIB a finales de 2013. En 2009, se cerró con un desequilibrio equivalente al 11,2% del PIB.
Salgado, por el momento, no ha detallado en qué partidas del presupuesto aplicará el recorte, pero lo que está fuera de toda duda es que este vez España se juega su credibilidad. Fundamentalmente después de que la estrategia de reducción del déficit del Gobierno fuera abiertamente cuestionada por los mercados y los analistas, cuya capacidad de sorpresa se disparó recientemente tras comprobar que el cacareado ajuste del sector público anunciado por Salgado durante meses se reducía a la supresión de algunas direcciones generales y a un recorte del gasto de 16 millones de euros. Una cantidad insignificante si se tiene en cuenta que mensualmente el Tesoro se ve obligado a emitir cerca de 20.000 millones de euros para financiar el desequilibrio entre ingresos y gastos.
La incapacidad del Gobierno para concretar los capítulos que serán recortados ha sido puesta de manifiesto en los últimos meses por los informes realizados sobre España por la Comisión Europea y el FMI, que han visto realista el escenario de consolidación fiscal, pero sólo sobre el papel, y de ahí que hayan reclamado mayor concreción. El Gobierno español, sin embargo, continúa sin ofrecer detalles adicionales, pero paradójicamente anuncia ahora nuevos ajustes por una cantidad importante. Es muy probable que haya que esperar hasta el próximo miércoles para conocer la letra pequeña.
Ese día comparece en el Congreso el presidente Zapatero, consciente de que los mercados están escrutando cada día la política económica española. Y si en esa intervención no consigue transmitir credibilidad mediante un recorte concreto del gasto, es muy probable que arrecien las presiones sobre España
Aunque Moody´s ha reiterado recientemente la triple A para las emisiones del Tesoro, en casa no hay tanta seguridad de que el Ejecutivo sea capaz de enderezar el déficit presupuestario en los términos previstos en el Plan de Estabilidad.
Al menos, eso es lo que opina la casi totalidad de los institutos de coyuntura españoles, que a la luz de los últimos datos han revisado sus estimaciones. Y a la conclusión a la que han llegado es que el déficit público del conjunto de las administraciones pública se situará este año en el -10,2% del producto interior bruto (PIB), es decir, por encima del -9,8% previsto por Economía. Para el año próximo, el consenso de los analistas es que el desfase se sitúe en el 8,5% del PIB.
Las estimaciones más recientes son las de la Comisión Europea, que prevé un 9,8% este año y un 8,8% el próximo, lo que hace extraordinariamente difícil llegar al 3% en 2013.
Las dificultades para rebajar el déficit por debajo de los dos dígitos tienen que ver con la persistencia de la crisis económica, que se mantendrá durante la mayor parte del ejercicio. Según la mayoría de las previsiones, el PIB caerá este año entre un 0,3% y un 0,7%, y sólo comenzará a crecer en términos interanuales (un 0,4%) a partir del cuarto trimestre de 2010. El resto de trimestres continuará dando registros negativos. En el primer trimestre de este, de hecho, la actividad económica siguió cayendo, En concreto a un ritmo anual del 1,3%, aunque en términos intertrimestrales se produjera una tímida recuperación del 0,1%.
Más empleo destruido
Este pobre comportamiento de la actividad económica hay que relacionarlo con los malos datos del empleo. Los expertos en coyuntura estiman que este año se destruirá un 2,1% de la fuerza laboral. O lo que es lo mismo, se perderán otros 350.000 puestos de trabajo que habrá que añadir a los 1,2 millones de empleos destruidos el año pasado, lo que da idea del tsunami que ha pasado por encima del mercado de trabajo.
Como consecuencia de este mal comportamiento del empleo, el consumo de los hogares continuará en tasas negativas. Caerá, en concreto, un 0,5%, muy por debajo, en cualquier caso, del -5% del año pasado.
Y sin empleo y sin consumo, las probabilidades que tienen los poderes públicos de reequilibrar el saldo presupuestario son limitadas. Y de ahí que la mayoría de los institutos considere que en 2010 el déficit público apenas será recortado. Máxime cuando los tipos de interés a largo está subiendo, lo que encarece el servicio de la deuda.
Hay que tener en cuenta, como señala el último trabajo del Servicio de Estudios del BBVA, que el deterioro de las cuentas públicas ha sido colosal en sólo dos años. Se ha pasado del 2% de superávit en 2007 al -11,2% en 2009. Según sus datos, la diferencia entre ambos años se puede explicar por ocho puntos de PIB de mayor gasto y 5,5 puntos de menores ingresos.
De los ocho puntos de más gasto, tres puntos corresponden a mayor consumo público, algo más de tres a mayores prestaciones sociales (de las cuales, 1,5 puntos proceden de prestaciones por desempleo) y una cifra en el entorno del 1,5% del PIB corresponde a mayor inversión pública.
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