La persona entusiasta o entusiasmada era aquella que era tomada por uno de los dioses, guiada por su fuerza y sabiduría, y por ese motivo podría transformar la naturaleza que lo rodea y hacer que ocurrieran cosas.
Sólo las personas entusiastas eran capaces de vencer los desafíos de lo cotidiano.
Era necesario por lo tanto entusiasmarse para resolver los problemas que se presentaban y pasar a una nueva situación.
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