Los operadores exigen cada vez más rentabilidad a la deuda española para comprarla.

El Tesoro ha tenido que elevar la rentabilidad del bono casi en un punto para colocar una emisión, tras la rebaja de la nota de España por S&P y el fracaso de la reunión entre Zapatero y Rajoy.

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Los operadores exigen cada vez más rentabilidad a la deuda española para comprarla.

El Tesoro Público de España ha tenido que elevar el interés marginal de los bonos a cinco años en 0,73 puntos, hasta situarlo en el 3,580%, una rentabilidad que no se ofrecía por este tipo de deuda desde noviembre de 2008, después de la quiebra de Lehman Brothers.

La subasta realizada hoy es la primera después de que la agencia de calificación crediticia Standard and Poor's (S&P) bajara la semana pasada la calificación de la deuda a largo plazo de España hasta el nivel "AA" y se produce un día después del fracaso de la reunión de Zapatero y Rajoy sobre un gran pacto económico que saque a España del borde del precipicio. Tras la subasta el diferencial entre el bono español y el alemán ha aumentado hasta los 145 puntos básico, un nivel récord desde que se implantase el euro como moneda única en Europa.

En la operación de hoy, el Tesoro adjudicó 2.345,62 millones de euros (3.050 millones de dólares) en bonos a cinco años, de los 5.522,12 millones de euros (7.180 millones de dólares) solicitados, por debajo de los 4.500 millones de euros (5.850 millones de dólares) concedidos a principios de marzo, según informó el Banco de España.

En aquella ocasión, el Tesoro aprovechó que la rentabilidad de los bonos a cinco años había bajado hasta el 2,842 por ciento, respecto al 2,854 por ciento de enero, para colocar dicha cantidad.

Fracaso de la reunión entre Zapatero y Rajoy

El encuentro de ambos líderes no pudo ir peor. A pesar del acuerdo en materia de reforma de la ley de cajas, la situación sigue sin rumbo. El líder socialista llamó "incoherente" al popular que pide un plan de choque ante la "situación crítica" por la que atraviesa España,

Mariano Rajoy dijo que "ya no valen las medidas parciales, inconexas, improvisadas o contradictorias".

El propio Cristóbal Montoro, portavoz de economía del PP,reconoce que la reunión salió regular e incluso mal por falta de contenido".