domingo, 9 de mayo de 2010

Harto de la Prensa

“Estoy harto de que algunos medios de comunicación digan que el PP no quiere pactar y que no tiene alternativa”. Lo dice Mariano Rajoy, y no le falta razón. Verán, ambas afirmaciones forman parte de una mentira, muy bien urdida, por la izquierda y por los medios de comunicación que le son fieles. Hasta ahí, incluso, sería lógico, si no fuera porque, por desgracia, cierta prensa supuestamente de derechas o, al menos, no de izquierdas, ha comprado el argumento y sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, es decir, sin contrastarlo, lo utilizan por doquier.

Pero, ¿qué hay de verdad en esa doble afirmación? Nada, aunque es verdad que resulta efectiva y cuando esos medios se unen en una presión conjunta e irresponsable hacia el principal partido de la oposición, haga éste lo que haga esos medios seguirán insistiendo en que ni pacta, ni tiene alternativa. Lejos de eso, sin embargo, la realidad es justo la contraria: es el Gobierno el que se niega a pactar, y no es que tenga o no alternativa, es que no tiene ni siquiera un plan contra la crisis medianamente decente y así nos va.

La última vez que el Partido Popular ofreció un acuerdo al Gobierno para hacer frente a la crisis económica fue en las reuniones del Palacio de Zurbano, aquel intento de Rodríguez Zapatero por alcanzar un Pacto de Estado contra la crisis que se quedó en un conjunto de medidas menores y que no dio lugar a la ansiada foto. Entonces el PP propuso un pacto en cuatro frentes: reducción del déficit, reestructuración del sistema financiero, no subida de impuestos y reforma laboral.

¿Qué ocurrió? El Gobierno rechazó de plano la propuesta del PP –más elaborada que la sola mención de esos cuatro puntos- y ofreció finalmente un acuerdo sobre un conjunto de medidas, algunas de las cuales el propio Partido Socialista había rechazado anteriormente en las Cortes porque habían sido presentadas a iniciativa de los ‘populares’. Aún así, el PP votó recientemente a favor de ese plan en el Congreso. Y no era la primera vez que votaba con el Gobierno.

“Remar” en la misma dirección

Ya lo había hecho, al menos, en otras dos ocasiones importantes: una en octubre de 2008, en el Plan de Ayuda al Sistema Financiero, y otra en junio de 2009 cuando el Ejecutivo presentó el FROB. Y aún así, desde las filas socialistas y desde algunos medios de comunicación se ha seguido reprochando al PP su nula voluntad de acuerdo y su ausencia de alternativa, y se le pide con insistencia que “reme” en la misma dirección.

Lo cierto es que la estrategia progresista tiene trampa, porque lo que realmente pretende es que el PP comulgue con ruedas de molino, es decir, que acepte sin reservas una política económica que, a la vista está, se está mostrando profundamente equivocada. Y es que la realidad invita a una percepción bien distinta. Desde que comenzó la IX Legislatura, el PP ha presentado más de medio centenar de iniciativas parlamentarias dirigidas a reactivar la economía y restaurar la confianza y la credibilidad. De ese medio centenar, los socialistas han rechazado más de una treintena, han aprobado cinco y el resto están pendientes de debate en el Parlamento con escasa posibilidad de acuerdo.

Es decir, que frente a la mentira de que el PP no propone pactos ni tiene programa, la realidad es que se ha pasado la legislatura tendiendo la mano y ofreciendo alternativas que el PSOE ha rechazado, y a pesar de ser así el presidente del Gobierno tiene la enorme ‘caradura’ de presumir de su “excelente hoja de servicios” en lo que a pactos con el líder de la oposición se refiere. La realidad es que cada vez que se han reunido, lo único que ha buscado Rodríguez es una foto que le sirviera de coartada, y en alguna ocasión le ha salido bien, aunque está última creo que ha caído en su propia trampa.

De ahí que la frase de Mariano Rajoy el pasado miércoles al término de su reunión con Rodríguez –“el tiempo se ha agotado”- y su reclamación de que existe una alternativa, y que la encarna él sea completamente legítima y merezca al menos el reconocimiento de quienes le hurtan al líder del PP su derecho a la alternancia. Además, en las actuales circunstancias, cuando ya es más que evidente que el Gobierno ha perdido el rumbo y que bajo la dirección de Rodríguez el país se dirige al abismo, es una irresponsabilidad negarle ese derecho al líder de la oposición, porque hacerlo supone causar un grave daño al país cercenando su capacidad de salir de la crisis y progresar.

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