El Gobierno presionó a S&P para que retrasara un día la decisión de rebajar la calificación de la deuda española y no aparecer junto a Portugal y Grecia.
También desde Moncloa se presionó al INE para que en la EPA del primer trimestre la tasa de paro sobre la población activa no rebasara el 20 por ciento. Una mano invisible ha podido frustrar la operación al colgar el lunes los datos en la web del instituto estadístico.
El presidente del Gobierno ha recibido en las últimas horas varios varapalos que ponen en entredicho su gestión de la crisis económica y la credibilidad de España como país serio que afronta sus dificultades. El martes, gracias a una mano invisible del INE, donde muchos funcionarios están hasta las narices de las presiones que desde Moncloa han recibido para maquillar la EPA, y a un redactor del diario ABC que entró en la web del instituto y publicó el martes los datos, hemos sabido que la encuesta del primer trimestre del año que se publica hoy viernes arroja unos resultados más que alarmantes. Más de 4,6 millones de personas están desempleadas, casi 300.000 más en tres meses, y la tasa de paro sobre la población activa rebasa el 20 por ciento. Los datos son escalofriantes y echan por tierra el discurso que había empezado a lanzar el gobierno en el sentido de que ya no había que hablar de crisis porque la economía empezaba a escupir datos positivos. Las mentiras una vez más han quedado al descubierto. Y no sólo por los balbuceos de la ministra Salgado en sede parlamentaria. También las que hacen referencia a las cuentas públicas, a los ingresos y gastos, como puso de manifiesto Mariano Rajoy en la sesión de control al gobierno celebrada el miércoles en el Congreso de los Diputados.
Pero esto con ser malo y demostrar que el gobierno es capaz de todo para mantener sus mentiras, no ha sido lo único que ha pasado esta semana. Desgraciadamente para España y los españoles, el miércoles una de las agencias de calificación de la deuda de los países bajaba la nota a la deuda de España. Nuestra calificación queda por debajo de la de Eslovenia y nos va a costar más de 3.000 millones en pago de intereses. Tendremos que ofrecer más para que nos compren nuestra deuda. El día anterior la bolsa sufría una caída a plomo del 4 por ciento y el mismo día del 3 por ciento y gracias a que la nota de S&P se publicaba apenas unos minutos antes del cierre del mercado. Varios miembros del gobierno han salido en tromba para intentar paliar los efectos negativos de la noticia. La consigna era restar importancia a la bajada de la calificación. Hasta se pedía auxilio al comisario Almunia. Incluso, como cuenta Lorenzo Ramírez en Libertad Digital, se hicieron llamadas a periodistas para que rebajaran el tono de las críticas a la decisión de la agencia de calificación.
Esta periodista puede contar además que el Gobierno supo el martes, es decir un día antes de la nota de S&P, que ésta había decidido rebajar la calificación de la deuda de España y que consiguió que la agencia retrasara la publicación para que no coincidiera con lo que se había decidido sobre Portugal y Grecia. El Gobierno consiguió evitar que se metiera en el mismo saco a los tres países, aunque por supuesto no logró que S&P cambiara su decisión sobre la rebaja de la calificación. La decisión de rebajar la nota hasta la AA lleva aparejada la perspectiva negativa, es decir la posibilidad de nuevas rebajas. La agencia dice que no ve un plan creíble para reducir el déficit público ni la reestructuración del sector bancario. Ahora, además, el temor es que las otras dos agencias puedan hacer lo mismo.
Ahora bien, intentar quitar hierro a estas malísimas noticias es tarea difícil. Vamos a ver la EPA definitiva y las consecuencias de ser un país menos solvente. Ya sabemos que a Zapatero le importa poco la economía y que está en eso de que “alguien” vendrá a salvarle mientras se montan espectáculos para correr un tupido velo sobre la realidad. Pero, la dramática situación que vivimos y las pésimas perspectivas para los próximos años deben hacer reaccionar a la sociedad, a la oposición y desde luego a los distintos organismos que velan o deben hacerlo porque España salga adelante y Zapatero no perjudique con su inacción a otros países que con esfuerzo están saliendo de la crisis.
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