martes, 8 de junio de 2010

J. Jacks La Economía en la Encrucijada

Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible
Gobierno | BCE | liquidez | gastos | UE Enviar Comentar Imprimir Leer más tarde RSS 9 Facebook 7 Twitter 36 Menéame
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@J. Jacks .-Desde Londres se ha convertido, con el paso del tiempo, en una de las referencias entre los participantes en los foros de Cotizalia por sus amplios conocimientos sobre cuestiones económicas, financieras y de mercados y su notable capacidad didáctica y explicativa. Se incorpora, desde un necesario anonimato, a nuestras páginas con un blog semanal donde espera poder compartir con ustedes su particular visión sobre el convulso mundo actual.

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@J. Jacks - 08/06/2010 06:00h

El Gobierno cree que con reducir el despido, un mínimo recorte de gastos y aumentar impuestos, todos los males habrán acabado. Con la reforma laboral, las empresas contratarán de nuevo, el Estado colocará toda su deuda, el PIB crecerá… ¿Cuándo se percatarán de que se necesitan soluciones más profundas?

El punto de partida da pavor. Tras una década de descontrol político-regulatorio-financiero a nivel europeo (mundial), Estados y entidades financieras de la UE han llegado a un punto en el que el modelo de crecimiento de la década anterior (más deuda) ya no es posible.

Las medidas de liquidez del BCE (442.000 millones de euros “gratis” en 2009) evitó una primera quiebra de deuda soberana, pero no solucionó los problemas estructurales de Estados, familias y empresas. Las familias ya están suficientemente endeudadas y no pueden hacerlo más. Las entidades prefieren “aparcar” 299.471 millones de euros (ya son 350.000) en el BCE antes que prestarlo a las empresas que tienen proyectos viables.

En este contexto, el “mercado” lleva semanas avisando al Gobierno de sus problemas. El primero de ellos es que el Estado ya está endeudado y se endeudará aun más, 546.220 millones de euros hasta 2013, según Bank of America:



Y España compite con 2,2 billones de euros de deuda que la UE necesita colocar en 2010.



Al “mercado”, que el Gobierno diga que la sostenibilidad de deuda no corre peligro, le da igual. El “mercado” sabe que existen tres límites que la deuda no puede sobrepasar:

no es posible que la deuda crezca más que el PIB nominal.
no es posible que la deuda incumpla la “Regla Pablo Guidotti”: que la deuda que vence en los próximos 12 meses crezca mas que nuestras reservas en moneda “fuerte"”.
no es posible que el PIB crezca menos que la tasa de interés real, la clásica y ortodoxa restricción presupuestaria de la deuda.
El “mercado” intuye que España no podrá pagar la deuda que vence en los próximos doce meses y por eso los vaivenes en la Bolsa. Ni los Primary Dealers ni Estados Unidos pueden hacer nada. El Plan del Ecofin no sirve si España no coloca su deuda en el primario, porque el BCE no podrá comprarla en el secundario (salvo patada al Tratado de la Unión, total una más).

La reforma laboral propuesta es insuficiente.

Ante esta situación, reformar el mercado laboral no es la solución. ¿Hace falta una reforma laboral? Sí, pero no la que parece que se propone. El coste del despido se puede reducir, pero no soluciona la raíz del problema para las empresas: la imposibilidad de vender sus productos y la dificultad para obtener crédito y cobrar las deudas.

Según el Banco de España, el consumo privado crecerá el 0,2% en 2010 y el 1% en 2011. Con estas cifras, el 80% de las empresas sobran. Con unos costes laborales crecientes y unos índices de competividad que siguen empeorando, las empresas no pueden competir en el exterior. Abaratar el despido mejora la productividad, pero no toda mejora de productividad implica aumento de competitividad.



Las empresas llevan desde 1999 perdiendo competitividad con respecto a Alemania. En parte por el euro, en parte por la falta de cualificación desde las Universidades, en parte por la falta de “nichos” de mercado, en parte por la ausencia de grandes empresas... Sin poder devaluar, la manera de recuperar competitividad es reducir en un 30% los salarios.

El Gobierno también propone reducir gastos e inversiones públicas. Con un sector público que es el 19% del PIB, la reducción del gasto impactará negativamente sobre el PIB en el corto plazo. Rebaja de salarios y del gasto implican menos ingresos públicos. Descenso de los ingresos implicará nuevo aumento de impuestos.

El incremento adicional de la deuda pública parece inevitable.

Como Barro explicó, las familias, al final, se comportan racionalmente. Modificarán sus expectativas si creen que el Gobierno aumentará los impuestos y ahorrarán más.



Los Balances Sectoriales indican que cada Sector (público, privado y exterior) pueden tener un déficit o superávit (según las familias ahorren más que consuman, el Estado ingrese más que gaste o las importaciones sean más que las exportaciones) pero deben cumplir que:

Balance Financiero Sector Privado + Balance Fiscal – Balance de la Cuenta Corriente = 0

En España, con una Balanza Corriente deficitaria (17.439 millones de euros de enero a marzo) no puede ser que las familias ahorren y el Estado no se endeude. No puede ser que el Estado ahorre y que las familias no se endeuden. Estado o familias deben endeudarse.

Como resultado, cuanto más recorte los gastos el Gobierno, dado que las familias no se van a endeudar más, más crecerá la deuda pública.

Hay que aplaudir los recortes de gastos superfluos, pero si no se actúa sobre las causas que han provocado que nuestra economía llegue a la situación actual, ni una reforma laboral ni una reducción de gastos solucionarán nada.

Las soluciones son claras: o el consumo (deuda) de las familias aumenta, o se reza para que “nuestro” presidente Obama continúe prestando al BCE, o el Estado suspende pagos.

Pero lo que no puede ser, no puede ser. Que el Estado deje de endeudarse, que las familias paguen sus deudas, que las empresas no despidan más trabajadores, que no aumenten los impuestos…todo ello al mismo tiempo y con estas reglas de juego de la UE no puede ser y además es imposible.

Ustedes eligen.

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