viernes, 4 de junio de 2010

Europa y el euro, desde la perspectiva estadounidense

Europa y el euro, desde la perspectiva estadounidense
Algunos expertos opinan que Estados Unidos podría llegar a encontrarse en un futuro en una situación similar a Grecia
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LIDIA LOZANO | Nueva York (Estados Unidos), lectora corresponsal | 24/05/2010 | Actualizada a las 16:52h | Lectores corresponsales
En todos los medios de comunicación en Estados Unidos es noticia principal la situación financiera por la que está pasando Europa. Las noticias y temas de debate giran en torno a la comparación entre la crisis en Europa y en Estados Unidos, a las repercusiones de uno en el otro, y a la búsqueda de soluciones.
PERFIL DE LIDIA LOZANO

Profesión: Doctoranda en Lingüística. Ha sido profesora en la Universidad de Princeton, profesora y escritora de materiales para el Instituto Cervantes, y técnica de investigación en la UAB
Vivo en... Nueva York (Estados Unidos)
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Por una parte, se establecen similitudes y diferencias entre Grecia, el país más afectado, y Estados Unidos, en parte para analizar desde un nuevo ángulo la propia realidad financiera estadounidense, así como para tratar de evitar que se produzca aquí una crisis de las dimensiones de la griega. "Are We Greece?", "We are not Greece", "In Greece Debt Crisis, Some See Parallels to the US", rezan algunos titulares de periódicos en este lado del océano. Paul Krugman, profesor de Princeton y premio Nobel en economía, señala que EE.UU. también tiene un alto déficit presupuestario pero que los intereses aplicados no son tan elevados como en Grecia, debido a que Estados Unidos no presenta tanto riesgo de impago de sus deudas; argumenta también que el camino hacia la recuperación estadounidense está más definido, y que se observa crecimiento económico desde el pasado verano. Pero otros opinan que EE.UU. podría llegar a encontrarse en el futuro en una situación similar a la de Grecia, y proponen medidas preventivas como alargar la edad de jubilación, reducir las pensiones y cortar gastos en ejército y en proyectos espaciales.

Por otra parte, se trata de discernir cómo la crisis europea puede afectar a Estados Unidos. Las instituciones financieras de este país están interconectadas con algunos grandes bancos europeos, que a su vez tienen amplias inversiones en los países europeos más debilitados por la crisis.

Por último, se pone en duda la estabilidad del euro. Paul Volker, antiguo presidente de la Reserva Federal y actual consultor en la Administración de Obama, expresaba el pasado 14 de mayo sus preocupaciones por "the great problem of the potential disintegration of the euro". Algunos economistas estadounidenses recuerdan que ya habían mostrado su escepticimo respecto a la unión monetaria europea desde su origen, y que los eventos actuales corroboran sus dudas. El riesgo de la moneda única reside en que si uno o varios países participantes se encuentran en una situación económica particularmente crítica no pueden ya devaluar su moneda para recuperarse, de modo que lo que les queda como salida son años de deflación y austeridad. Krugman considera que para que los países europeos más perjudicados por la crisis puedan reajustarse dentro de la zona euro deberían reducir sus salarios de un 20% a un 30% en relación con los sueldos en Alemania.

España es uno de los países que entrarían en el grupo de los que debería ajustar el salario de sus ciudadanos, si bien es cierto que se encuentran en una mejor posición que otros como Grecia o Portugal. Tras el anuncio de un crecimiento de un 0,1% del PIB español tras los pasados tres meses, así como de las severas medidas gubernamentales de consolidación fiscal, y teniendo en cuenta que la nota de solvencia de España es más alta que la de Grecia, algunos expertos estadounidenses confían en que empiece a recuperarse. Pero sigue existiendo la duda de si el país podrá seguir todas las medidas anunciadas, y de si ello será suficiente.

De los recortes aplicados por el gobierno español se destaca en la comunidad internacional la reducción de la ayuda al desarrollo (no llegará en el 2012 al 0,7% de su PIB), si bien es cierto que las partidas de cooperación española se han incrementado en los últimos cinco años, y España sigue siendo uno de los principales donantes.

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