Ahora Zapatero, y por algún tiempo todavía, domina el aparato actual, compuesto por siervos de la gleba que entre todos suman neurona y media. Son más bien cortitos de entendimiento pero feroces en la lucha, de forma que si Zapatero toca el pito, y a Gómez seguro que se lo van a tocar, y ustedes perdonen por el casticismo, destrozan a quien se les ponga por delante.
Un enjambre de intereses
Zapatero está muerto, pero es un vivo. Ha tejido a su alrededor tal enjambre de intereses que quienes se lo deben todo son capaces de utilizar las armas más bochornosas para proseguir en el poder. La Justicia, la Administración, los sindicatos, la Policía... todos en general, con las debidas y respetadas excepciones, se han puesto a trabajar en el trance. Ahora el que se mueve no es que no salga en la foto, es que le pegan con la máquina en el testuz. Cuando notas el aliento pútrido de estos caracolillos furiosos, sientes que o te defiendes o te machacan. Digo lo de siempre: si te pones de rodillas, el puntapié, en vez de propinártelo en los huevos, te lo atizan en la barbilla. No sé qué duele más. Zapatero está muerto, pero es un vivo. Ojo con sus coletazos, que no perdonan ni a los suyos. Aquí, si no se va, que no se va, habrá para todos. No sólo para nosotros, que, desde luego, recibimos estopa por orden suya con rencor.
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