Decía recientemente, el profesor de economía de la Columbia University, Sr. Xavier Sala y Martín, que suele tener frases geniales (mirad la primera respuesta en esta entrevista, sobre si el capitalismo es el culpable de la crisis actual), que hay dos tipos de economistas: “Los que no saben hacer predicciones y los que no saben que no saben hacer predicciones”. Yo creo que lo que más predomina es lo segundo, aunque hay aun algo mucho peor que equivocarse en previsiones, que es equivocarse en las causas de los movimientos económicos de hoy y ayer.
Aunque es cierto que hacer previsiones económicas futuras es una tarea muy compleja, también lo es predecir los resultados políticos o deportivos, en las predicciones del futuro todos nos equivocamos, excepto los hombres del tiempo que cada vez aciertan más. Tampoco es nada obvio explicar las causas de un 'boom' económico, como por ejemplo el de los últimos 10 años, o de una crisis como la actual. De hecho, y al igual que ocurre en los mercados financieros, la psicología de masas tiene mucha influencia, incluso puede ser muy determinante en el corto plazo. Pero por favor, no cometáis el ridículo de afirmar en público que la crisis actual es psicológica, que si la gente no tuviese miedo y empezase a gastar, a consumir sin pausa, saldríamos de esta crisis.
Es que precisamente el consumir demasiado, vía endeudamiento, es lo que nos ha llevado a la crisis occidental actual. Estamos en una crisis de endeudamiento unida a una crisis bancaria, o sea, lo peor: son las que históricamente han requerido mucho más tiempo y enorme esfuerzo para superarlas. Es lógico, si tu deuda supone 30, 40 ó 50 años o veces, tu ahorro anual neto después de tus gastos familiares, difícilmente podrás aumentar hoy y en el futuro tus gastos o inversiones, mas bien seguramente los reducirás y se esta situación es general, la economía no crecerá.
Pero volvamos al tema central de este post, lo peligroso que es creerte a los economistas, para tomar decisiones en tu empresa o a nivel individual. Voy a citar un ejemplo escandaloso, del que no voy a citar su nombre. Hace unos meses, y tras publicarse el dato mensual o trimestral de la venta de viviendas en España, ya no lo recuerdo, por el que había aumentado la cifra de transacciones de viviendas en España, después de varios años de disminución, una cadena de TV llamó al citado economista en sábado. Supongo que el pobre hombre estaba de fin de semana, o preparando sus clases, total que yo creo que ni se había leído el informe detallado de las cifras. Pues bien, ante la pregunta típica de la periodista sobre su opinión sobre el aumento de compraventas en el sector inmobiliario publicado, lanzó la siguiente diatriba:
“El sector inmobiliario empieza a dar síntomas de recuperación (fácil y obvia su primera respuesta, ¿no?, y entonces se lanza a toda una disertación macro), es lógico, los precios de la vivienda en España llevan un tiempo bajando y, claro, los inversores ya están percibiendo las oportunidades de conseguir una buena inversión. La economía en algún momento tenía que mostrar síntomas de recuperación, las medidas de ajuste aplicadas y la menor construcción de viviendas nuevas hacen que ya se vean aumentos en la demanda por parte de inversores, lo que podría indicar un cambio de tendencia en el sector y también signos de recuperación en la economía española y bla, bla, bla”.
Me imagino al reputado economista justo después de su declaración, explicar orgulloso a su mujer y a sus hijos, que ya podían irse de fin de semana y que ya mirarían sus declaraciones en el telediario de ese sábado. Seguro que sus hijos al ver a su padre en TV quedaron prendados, quizás no tanto su mujer, más difícilmente impresionable, al conocer como su marido lleva las inversiones familiares estos años….
Pero había un pequeño detalle sin importancia, en el informe oficial de compraventas de viviendas en España:
Las transacciones habían aumentado exclusivamente debido a los embargos de los bancos, es decir que muchas de las compraventas eran en realidad transacciones de un particular o promotora inmobiliaria al banco por impago, un cambio de propiedad por no poder hacer frente a la hipoteca. Por tanto en lugar de ser una noticia buena era en realidad desastrosa. Espero que el reputado economista y especialmente sus hijos no leyesen todo el informe estadístico, mejor para equilibrio de la familia y de la Sociedad, que el padre sea respetado.
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