La apertura de Cotizalia firmada ayer por Carlos Sánchez -“China desplaza a Italia y se convierte en el tercer proveedor de España”- tiene mucha más miga de lo que podría parecer a primera vista. Lo de menos es el puesto que el gigante asiático ocupa en el escalafón importador español. Qué más da que sea primera, segunda o tercera; si pasa a Italia, amenaza a Francia o tiene en el punto de mira a Alemania. No deja de ser un titular, manifestación de una realidad objetiva. Sin embargo, es mucho más interesante tratar de ver qué subyace a ese hecho y qué se puede inferir de los datos aportados por el Ministerio de Comercio que son compendio de amenazas y oportunidades. Tratemos de agruparlas. Ya me contarán qué les parece.
Desde el punto de vista de la Guerra de Divisas. Comentamos ya en su día en Valor Añadido que la reciente apreciación de la moneda china, mediante la oportuna modificación de sus bandas de fluctuación con el dólar, perseguía nominalmente contentar a los estadounidenses pero realmente ganar competitividad respecto a su principal socio comercial que es, tachán, tachán, Europa. Ocurrió ya en el periodo 2005-2008 y ha vuelto a suceder ahora. El euro cotiza a su nivel más bajo frente al yuan desde marzo de este año, tal y como se aprecia en la parte final de este post del FT Alphaville. Eso pese a su apreciación frente al billete verde. Interesante cómo la atención pública ignora esta realidad. Maniobras de distracción de una beligerancia US-China en la que Europa, en Babia, es la principal damnificada. Engañados como chinos por los chinos que se dedican, entre tanto, a hacerse con nuestros activos, reales y financieros, a precio de saldo aprovechando la debilidad de la periferia europea. Amenaza.
Por lo que respecta al comercio exterior, las implicaciones de tales fenómenos cambiarios son evidentes: China puede vender más barato a España mientras que las exportaciones españoles a la mayor potencia emergente se encarecen, alimentando la brecha de productividad entre ambos países. Como resultado, un déficit bilateral en perjuicio de España que ya es el mayor de los existentes con las distintas contrapartidas comerciales. Y que sólo puede crecer si nos atenemos al perfil de los productos que son objeto de transacción. Así, según el exhaustivo informe de la Oficina Económica española en Pekín, una suerte de Doing Business altamente recomendable, nuestra nación compra fundamentalmente textil y tecnología de bajo coste, sectores ambos sujetos a una enorme elasticidad de demanda-precio de tal modo que cuanto más baratos sean, más se consumen. Inercia preocupante. Amenaza.
Por lo que respecta a la actividad exportadora. Continuando con el apartado anterior, ¿se puede compensar el incremento de los desequilibrios a través de la exportación? Complicado en el formato actual, ya que la actividad se concentra en unos productos semi elaborados que, salvo incorporación de tecnología propia, son fácilmente sustituibles en caso de aumentos de precios. Sin embargo, la oportunidad está ahí. China apenas supone el 1,7% de las ventas españolas al exterior, poco menos de 3.000 millones de euros. Lo que está demandando es, fundamentalmente, valor añadido y conocimiento. Tendrá sus particularidades pero no deja de ser un mercado equivalente, en términos de población, a 25 Españas, bocanada de aire fresco para aquellos a los que el penar patrio les consume la esperanza. Sorprende su poco peso actual. Una alternativa para salir del círculo vicioso ausencia de mercado-falta de inversión. ¿Tan difícil resulta verlo?
Por lo que respecta al impulso público. De hecho, y de cara al posicionamiento internacional de nuestra economía, el propio Gobierno debería fomentar la corriente exportadora con especial énfasis en estos nuevos mercados, sea a través de expediciones comerciales, ayudas directas o créditos blandos. Como nos recuerdan los autores de Nada es Gratis en estos dos interesantes posts (La España de las Dos Velocidades y La nueva Teoría del Comercio Internacional), productividad y porcentaje de ventas al exterior están directa e íntimamente correlacionadas: la segunda conduce, por elevación, a la primera, lo que repercute en el conjunto de la economía. ¿Vía para conseguir de fuera adentro lo que los políticos son incapaces de planificar de dentro afuera y sin el coste electoral de pisar callos? Seguro. El esfuerzo administrativo se debería concentrar, además, en las pequeñas y medianas empresas, núcleo esencial del cuerpo societario español y segmento en el que la brecha de competitividad es mayor tanto interna como exteriormente. A la excelencia por la libre competencia a nivel global, verdadero keynesianismo. Oportunidad
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