miércoles, 6 de enero de 2016

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domingo, 9 de marzo de 2014

El disparate de 11 M Bermudez conducido por la Mentira

Cuando se cumplen diez años del 11-M, si algo está claro es que las teorías conspiratorias han sido derrotadas. Para tranquilidad de todos, los medios que han tratado de sembrar dudas sobre las investigaciones de la masacre no han conseguido su propósito de inocular dudas en la sociedad española acerca de la verdad judicial.
Y es que todo está claro en la instrucción sumarial de aquel caso, por mucho que algunos hayan intentado hacer caja a costa de buscarle tres pies a un gato que no los tiene.
1) Si los trenes del 11-M –es decir, los escenarios del crimen– fueron comenzados a achatarrar menos de 72 horas después de la masacre (en vez de conservarlos, como se hizo con el metro accidentado en Valencia o el tren accidentado en Santiago), no fue con el objetivo de destruir pruebas, sino porque no se consideró necesario conservarlos. ¿Para qué, si todas las investigaciones están claras?
2) Si no se adjuntaron al sumario actas de las muestras recogidas en los trenes fue porque se traspapelaron o porque no se consideró necesario adjuntarlas, no porque existiera una deliberada voluntad de ocultación.
3) Si los centenares de muestras de los trenes recogidas y llevadas a la sede de la Unidad Central de Tedax tampoco aparecen es porque, una vez determinados por otros medios los datos relevantes sobre el caso, no hizo falta inventariar esas muestras.
4) Si, habiendo 12 focos de explosión, no fuimos capaces de encontrar ni un solo fragmento de explosivo, ni un solo resto de los detonadores usados, ni un solo trocito de los iniciadores empleados, ni un solo jirón de las bolsas donde las bombas estuvieran contenidas... es porque tuvimos mala suerte y no quedó nada de nada de las 12 bombas que estallaron.
5) Y si no se enviaron a la Policía Científica las muestras para su análisis, como marca el protocolo, no es porque no se quisiera analizar esas muestras, sino porque los Tedax tenían un minilaboratorio que no contaba con equipamientos especializados, pero que con las prisas se consideró que era más que suficiente.
6) Si al juez no se le envió un análisis pormenorizado de loscomponentes químicos encontrados en los focos de explosión fue porque, al fin y al cabo, el magistrado tampoco tiene por qué entender de química, de modo que no tiene sentido aburrirle con detalles técnicos.
Además, ¿qué más da todo eso? ¿Acaso no encontramos en una comisaría de policía, 18 horas después de la masacre, una bomba sin detonar? ¿Para qué necesitamos entonces las muestras de los trenes, las actas de recogida o los análisis de laboratorio? ¡Las bombas de los trenes eran como esa que apareció en la comisaría, como no puede ser de otro modo!
7) Es verdad que no hay en todo el sumario ningún testimonio de nadie que viera esa bomba en las estaciones de tren, ni en el trayecto entre las estaciones y la comisaría donde apareció la bomba. Pero ¿qué hay de raro en eso? ¡Se trasladaron centenares de bultos de las estaciones a la comisaría ese día! Está claro que esa bomba aparecida en comisaría venía de las estaciones, porque ¿de dónde iba a venir, si no?
8) Los medios defensores de la conspiración han señalado que esa bomba tenía dos cables sueltos, por lo que no era una bomba real, sino un simulacro. Pero eso es una tontería: es verdad que tenía dos cables sueltos, pero porque los terroristas se olvidaron de conectarlos.
9) Tampoco hay nada de raro en el hecho de que esa bomba aparecida en comisaría tuviera metralla, mientras que en los 193 muertos del 11-M no se detectó metralla de origen terrorista. ¿Qué problema hay? Puede que los terroristas se equivocaran con ese artefacto y, de la misma manera que se dejaron dos cables sueltos, metieran metralla en esa bomba y en las otras 12 no. O puede que los miles de clavos y tornillos que contuvieran las doce bombas que sí estallaron en las estaciones se volatilizaran todos. ¡Las cosas de los explosivos son muy complicadas!
10) Y en cuanto a que en esa bomba hubiera una tarjeta telefónicaque no hacía falta para que la bomba funcionara, pero que nos permitió empezar a identificar culpables a toda prisa, pues ¿qué quiere que le diga? Los terroristas eran unos chapuceros y se dejaron ahí esa pista delatora, sí. Tuvimos suerte. Gracias a esa providencial tarjeta hemos podido encarcelar a algún canalla.
Independientemente de las chapuzas y las casualidades, el caso es que encontramos milagrosamente esa bomba. Así que, aunque no se conservara ninguna muestra de los trenes, está claro que las bombas de los trenes tienen que ser como la que apareció en comisaría.
Por tanto, en los trenes se usó Goma2-ECO, porque eso es lo que tenía la bomba de la comisaría. Y en los trenes se usaron teléfonos móviles como iniciadores, porque en la bomba encontrada en la comisaría había un teléfono móvil. Y vale ya de conspiranoias.
11) Es verdad que, después de 10 años, sólo hay en la cárcel un único condenado por poner bombas en los trenes, pero al fin y al cabo otros 7 islamistas se suicidaron en Leganés, y si se suicidaron sería por algo. Y seguro que los que faltan hasta completar la lista de 13 colocadores de bombas murieron en Irak o Afganistán, o en alguno de esos sitios a los que los islamistas suelen ir a combatir a Occidente.
12) Y sí, también es verdad que el Tribunal Supremo dijo que no se podía determinar qué participación tuvieron los 7 muertos en Leganés en los hechos del 11-M, y que gracias a eso las víctimas del 11-M no han podido demandar por la vía civil a los herederos de esos muertos de Leganés, pero eso no son más que formalismos jurídicos que en nada afectan a la verdad judicial. ¿No se suicidaron en Leganés? Pues entonces no pueden ser sino culpables, aunque no se sepa muy bien de qué. Y está claro que ellos tuvieron que poner alguna bomba, porque si no, ¿quién las iba a haber puesto?
13) Y en cuanto a lo de que no se les hiciera autopsia a los muertos de Leganés para ver si efectivamente se habían suicidado, ese argumento no son más que ganas de enredar. ¿De qué otra manera podrían haber muerto, salvo suicidándose? Entonces, si está claro que sólo podrían haber muerto suicidándose, ¿para qué perder el tiempo haciéndoles una autopsia, por mucho que lo marque la Ley?
14) Tampoco hay nada raro en el hecho de que el octavo habitante de ese piso de Leganés, Abdelmahid Bouchar, que escapó a la carrera del piso atravesando el cordón policial, no fuera considerado colocador de las bombas por el tribunal. Está claro que, si se escapó del piso, es porque no sería tan malo como los otros que había dentro, así que el hecho de que él no colocara ninguna bomba no quiere decir que los otros siete no la colocaran.
Los medios de la conspiración, en su paranoia, han intentado incluso echar basura sobre los testigos protegidos que nos permitieron condenar al único colocador de bombas que hay en prisión, Jamal Zougham. Pero está claro, para aquel que no tenga muy mala intención, que Jamal Zougham es culpable.
15) Es verdad que se le detuvo por vender las tarjetas telefónicas de las bombas y que resulta un poco raro que un miembro del comando terrorista venda las tarjetas a sus compañeros de comando, en lugar de dárselas directamente, pero es que el que uno sea islamista no quiere decir que no pueda ser roñoso.
16) Y es cierto también que el vender tarjetas no es delito, y que no había un motivo sólido para su detención inicial, pero es que luego aparecieron, en los meses sucesivos, hasta ocho testigos que dijeron haberle visto en los trenes, así que es normal que le mantuviéramos en la cárcel. El que esos reconocimientos fueran contradictorios (porque, si todos los testigos dijeran la verdad, Jamal Zougham tendría que haber estado en al menos tres trenes simultáneamente), no tiene importancia. El Tribunal Supremo se quedó con dos de esos ocho testimonios, y resolvió así la contradicción.
17) Y sí, es cierto que Jamal Zougham estaba en un gimnasio la noche anterior a los atentados, mientras se supone que sus compañeros de comando fabricaban en una casa de Morata de Tajuña las bombas, pero de ahí no se deduce nada. A lo mejor su papel en el asunto era de mero colocador de bombas, no de fabricante.
18) Pretender echar basura sobre las declaraciones de las dos testigos protegidos indica la baja catadura moral de los medios conspiranoicos. ¿Qué más da que las testigos cambiaran sucesivamente de versión en sus declaraciones? ¿Qué más da que una de las testigos no reconociera a Zougham hasta trece meses después de la masacre? ¿Qué más da que algunos familiares de la otra testigo fueran denunciados por el juez Del Olmo por intentar colarse como falsas víctimas del 11-M? Todo eso no son más que intentos de desprestigio, porque está claro que esas testigos vieron lo que vieron: a Jamal Zougham paseando por el tren con una mochila, aunque la familia de Zougham jure que a esa hora estaba en su casa durmiendo.
Así pues, todo está claro: Jamal Zougham y los de Leganés (excepción hecha del que salió corriendo del piso), más algunos otros que tampoco importa demasiado quién son exactamente, colocaron en los trenes trece bombas que eran como esa que apareció en una comisaría de Vallecas 18 horas después de la masacre. Y no hay más misterio.
Y por lo que respecta a quién ideó y ordenó aquella masacre (lo que los medios conspiranoicos llaman el "autor intelectual"), el que no tengamos ningún nombre concreto no quiere decir nada. ¿No está claro que los de Leganés eran islamistas? Pues entonces alguien, en alguna de esas redes de islamismo internacional, decidió en algún momento atentar contra España, y no tiene demasiada importancia que fuera un Mohamed, un Abdelmahid o un Yousef quien diera la orden. El Tribunal Supremo ha dicho que esa célula del 11-M no guardaba relación jerárquica con Al Qaeda, pero eso es lo de menos, porque el caso es que eran islamistas, como se demuestra por su suicidio en Leganés.
19) Y para aquellos que insisten en sembrar dudas sobre cosas que están claras, el que a los dueños de la casa de Morata de Tajuña donde se montaron las bombas (cuya pertenencia a Al Qaeda sí está demostrada) no se les llegara siquiera a imputar en el proceso, tan solo significa que tenemos un sistema garantista y democrático. Y para nada puede deducirse de ahí que el atentado no guarda relación con el islamismo.
Nos ha costado diez años, pero por fin las teorías de la conspiración han sido desbaratadas. Porque, a menos que uno sea uno de esos periodistas que buscan enriquecerse jugando con el dolor de los españoles y con la memoria de aquel atentado, nadie que lea esta sencilla descripción de los hechos puede albergar ni la más mínima duda sobre lo que sucedió aquel 11 de marzo y sobre las investigaciones posteriores.

Un Pais en la Mochila Luis del PINO

 país en la mochila

Luis del Pino*
Imaginen el siguiente escenario: la Policía efectúa un registro en la casa de un presunto narcotraficante y no halla ningún alijo de droga, pero detiene al dueño de la casa y se incauta de todo lo que encuentra allí. Al día siguiente, la Policía dice que, entre las pertenencias que se han llevado a comisaría, ha aparecido «por sorpresa» una maleta llena de cocaína. Y basándose en esa prueba, procede a acusar de narcotráfico a esa persona a la que detuvo.
¿Ustedes qué creen que pasaría? Pues que ningún juez aceptaría semejante 'prueba'. Si esa maleta llena de cocaína apareció 'por sorpresa' en la comisaría y no está reflejada en las actas de registro, es inevitable preguntarse: ¿se trata de una prueba colocada? E, independientemente de la contestación que cada uno de a esa pregunta, lo cierto es que no existe manera de demostrar que esa maleta pertenece al detenido, por lo que esa prueba sería anulada en cualquier juicio, ¿verdad?
Bueno, pues en el 11-M pasó eso, exactamente, con la prueba fundamental del caso, la famosa mochila de Vallecas: que no apareció en los escenarios del crimen, sino que fue encontrada 'por sorpresa' en una comisaría de Policía 18 horas después de la masacre. A pesar de lo cual, esa prueba fue admitida tanto por el juez instructor como por el tribunal.
Tras el atentado, lo normal habría sido que la Policía recogiera muestras en los focos de explosión, que levantara acta de las muestras recogidas, que realizara análisis de las mismas y que, con toda esa información, hubiera determinado cómo estaban fabricados los artefactos. Sin embargo, lo que se hizo es algo bien distinto:las muestras recogidas y las actas de inspección desaparecieron (no se llegaron a adjuntar al sumario), a la Policía Científica no se le enviaron las muestras para su análisis y los propios escenarios del crimen(los vagones de tren atacados) fueron desguazados en un tiempo récord.
En paralelo a esa labor de destrucción de las pruebas reales del caso, de repente apareció 'por sorpresa' en una comisaría de policía de Vallecas una bolsa-bomba con un artefacto explosivo, 18 horas después de la masacre. Y lo que nos dijeron es que esa mochila procedía de los trenes. Y a partir de las evidencias que contenía, se empezó a detener a 'sospechosos' y se construyó toda la versión oficial, culpando a unos supuestos islamistas.
Ni durante la instrucción del sumario, ni durante el juicio, pudo aportarse ni una sola prueba fehaciente de que aquella mochila de Vallecas procediera de los trenes. Nadie vio esa mochila en las estaciones de tren, nadie la vio en el trayecto desde las estaciones hasta comisaría. Esa mochila de Vallecas ni siquiera aparece, lo cual ya es el colmo, en el acta de inspección realizada en la propia comisaría. La mochila de Vallecas apareció por arte de magia.
No acaban ahí los despropósitos. La mochila de Vallecas incorporaba 10 kilos de explosivo Goma 2 Eco, medio kilo de clavos y tornillos como metralla, un detonador, un teléfono móvil como iniciador y (dentro del mismo) una tarjeta telefónica.
Pues bien, una radiografía de esa mochila de Vallecas efectuada por los Tedax y adjunta al sumario demuestra que los cables de esa supuesta bomba no estaban conectados. Es decir, se trataba de un artefacto preparado para no estallar. No tiene ningún sentido que un terrorista deje sin conectar los cables, pero sí que tiene sentido que los deje sin conectar (para no correr riesgos) alguien que esté montando una simple prueba falsa.
Es más, las pruebas de laboratorio realizadas con un teléfono móvil como el de la mochila de Vallecas permitieron demostrar que ese teléfono no daba ni la mitad de la corriente eléctrica necesaria para garantizar la explosión del tipo de detonador concreto utilizado: de nuevo, ningún terrorista habría jamás usado semejante montaje eléctrico.
Pero la prueba definitiva de que esa supuesta bomba es una prueba colocada (y de que no guarda ninguna relación con las bombas de los trenes) es la metralla: ese medio kilo de clavos y tornillos que la mochila de Vallecas contenía. Si las bombas hubieran tenido metralla, forzosamente tendría que haber aparecido metralla de origen terrorista en los cuerpos de las víctimas mortales y los heridos del 11-M. Sin embargo, en los cuerpos de las 191 víctimas mortales no apareció ningún clavo, tuerca o tornillo de origen terrorista, tal como declaró públicamente la forense encargada de la coordinación de las autopsias, Carmen Baladía.
Por tanto, es físicamente imposible que los artefactos que estallaron en los trenes fueran similares a esa bolsa-bomba encontrada en una comisaría 18 horas después del atentado. Esa famosa mochila de Vallecas es una prueba colocada.
¿Cómo es posible que esa prueba no fuera anulada desde el principio? Pues habría que preguntárselo al juez instructor, Juan del Olmo, y al tribunal sentenciador, presidido por Javier Gómez Bermúdez. Pero a lo mejor tiene algo que ver el hecho de que, si se hubiera anulado esa prueba, todo el sumario se habría venido abajo, porque las restantes pruebas del caso derivan de esa mochila de Vallecas.
Si nos dicen que en el atentado del 11-M se usó explosivo Goma 2 Eco, no es porque en los trenes se encontraran restos de ese explosivo, sino porque ese es el explosivo que la mochila de Vallecas contenía. Por tanto, anular la mochila de Vallecas como prueba, habría implicado tener que reconocer que no se sabe qué explosivo se empleó.
Si nos dicen que en el atentado del 11-M se usaron teléfonos móviles como iniciadores, no es porque en los trenes se encontraran restos de esos iniciadores, sino porque la mochila de Vallecas contenía un teléfono móvil. Por tanto, anular la mochila de Vallecas como prueba, habría implicado tener que reconocer que no se sabe cuál era la composición de los artefactos de los trenes.
Y, sobre todo, si se hubiera anulado como prueba la mochila de Vallecas, habría que haber puesto en libertad a todos los detenidos por el caso, porque a esos detenidos se llegó tirando del hilo de la tarjeta telefónica encontrada en la mochila de Vallecas.
¿Se dan ustedes cuenta de la magnitud del problema? Todas las pruebas reales del caso (muestras de los trenes, actas de recogida de muestras en los trenes) desaparecieron. Los propios escenarios del crimen (los vagones atacados) empezaron a ser desguazados menos de 72 horas después de la masacre. Y todas las pruebas reales se sustituyeron por una prueba falsa aparecida en una comisaría de Policía 18 horas después de la masacre. Y a partir de esa prueba falsa se construyó absolutamente toda la versión oficial, que apuntaba al islamismo.
Pónganse ustedes ahora en la piel del juez instructor y del tribunal sentenciador del 11-M y respondan sinceramente: ¿se habrían ustedes atrevido a anular esa prueba, por muy convincentes que sean las evidencias que indican que es falsa? Por supuesto, la respuesta a esa pregunta es: si no vas a atreverte a hacer Justicia, no te metas a juez.
*Luis del Pino es director de Sin Complejos en esRadio y escribe el blog 'Los enigmas del 11-M'

sábado, 12 de febrero de 2011

El Sindrome de HYBRIS

Iñaki Gabilondo, en un gesto de crítica independiente que le honra, declaró el pasado domingo en una entrevista en la Sexta que Zapatero era un hombre que minusvaloraba las dificultades y sobrevaloraba sus capacidades. Por eso, ya la ansiedad se generaliza en la tensa espera para depositar el voto en la urna. Aunque un tipo como Rodríguez Zapatero nos hará apurar el cáliz hasta las heces. Estirará su satrapía. Es la enfermedad del poder; es el síndrome de hybris.

jueves, 10 de febrero de 2011

Las dos Caras de Zapatero

Las contradicciones de Zapatero: un repaso a todas sus rectificaciones
Javier Labiano
9:30 - 10/02/2011
59 comentarios
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"Estas medidas me llevarán por delante"

Primero, el Gobierno negó la crisis y, después, anunció unos brotes verdes que quedaron en el olvido. Aseguró que el desempleo no llegaría a los 4 millones y la cifra cerró 2010 con 4,7 millones de parados. Afirmó que no haría falta recurrir a un plan B y, finalmente, llegaron las medidas adicionales.

El último episodio ha tenido como protagonistas a las comunidades autónomas una vez que el presidente catalán, Artur Mas, arrancó a Zapatero el compromiso de poder refinanciar su deuda, algo por lo que protestaron las demás autonomías, lo que propició que el Gobierno diera marcha atrás. Pero éste es sólo un ejemplo de tantos desde que empezó la crisis económica.
La negación de la crisis

Desde 2007 encontramos motivos para desconfiar de las afirmaciones y predicciones del Ejecutivo. En agosto de ese año, la crisis de las hipotecas subprime estalló en Estados Unidos, convirtiéndose en el detonante de la mayor depresión económica del último siglo. Para muchos analistas estaba claro el grave deterioro de la situación en nuestro país.

"Falacia, puro catastrofismo". Zapatero calificaba así los titulares que decían que España estaba en crisis en enero de 2008. Se encontraba en plena precampaña electoral. Hasta julio de ese año, una vez reelegido presidente, Zapatero no mencionó esa palabra para referirse a la situación por la que estábamos atravesando: "En esta crisis, como ustedes quieren que diga, hay gente que no va a pasar ninguna dificultad".

Los brotes... ¿verdes?

Otra de las previsiones poco certeras fue la de los famosos brotes verdes que auguró la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, poco después de asumir su nueva responsabilidad al frente del Ministerio de Economía y Hacienda. En mayo de 2009, explicó que las iniciativas aprobadas en el conjunto de medidas del Plan E ya estaban dando sus frutos. "El Gobierno está satisfecho con los resultados", aseguró Salgado. "La situación económica está teniendo algunos brotes verdes y hay que esperar a que crezcan", apuntó.

Sin embargo, nunca más se supo qué fue de aquellos brotes que habían creado ciertas esperanzas en la salida de la crisis en muchos ciudadanos, que luego se vieron frustradas. Tanto es así que, a mediados del mes de noviembre de 2010, Zapatero reconocía, refiriéndose a la situación económica, que "la mejora es tan débil que no asegura un cambio irreversible de la tendencia".

Endeudamiento local

Otro de los más claros ejercicios de flexibilidad por parte del Ejecutivo lo encontramos en mayo del año pasado. Entonces, un decreto anunció la prohibición de endeudamiento de los ayuntamientos, con objeto de reducir el déficit. Apenas 24 horas después, el Gobierno cedió a la presión de los alcaldes -en especial, socialistas- y rectificó la prohibición a los consistorios de pedir créditos hasta 2012, retrasando siete meses (hasta el 1 de enero de 2011) la entrada en vigor de esa medida.

No contento con esta variación, el Ejecutivo volvió a modificar el plan, para permitir que los ayuntamientos se endeuden este año, aunque con límites. Sólo podrán pedir créditos aquellos cuya deuda sea un 75% inferior a sus ingresos y se tendrán que destinar a inversión, no a gasto corriente.

Los desmentidos del paro

Pero, sin duda, la previsión fallida que más duele a los ciudadanos corresponde a la cifra del paro. El 10 de enero de 2009 el entonces ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, hizo célebre la frase de que España no iba a llegar "de ninguna de las maneras a los cuatro millones de parados". Un año después, la tasa de paro había superado el 20 por ciento por primera vez desde 1997. Más de 4,6 millones de personas buscaban empleo.

Entonces, Zapatero reconocía que la tasa de paro había llegado a un nivel "excesivamente alto", pero aseguraba que ya había tocado techo y que el Ejecutivo esperaba que empezara a disminuir "ligeramente" a partir de abril. Sin embargo, en noviembre del año pasado advertía de que la mejora producida entonces era todavía "tan débil" que no aseguraba un cambio "irreversible" de tendencia y este martes en el Senado reconoció que los niveles "deseables" de creación de empleo no llegarían hasta 2012.

El famoso 'plan B'

La vicepresidenta económica también ha protagonizado, en los últimos meses, otro de los desmentidos del Ejecutivo. Primero al defender por activa y por pasiva que España no necesitaría un plan B porque había "un plan A que cumplir"para, días después, anunciar medidas adicionales para reducir el déficit público.

En el debate de totalidad de los Presupuestos Generales del Estado para 2011, el Gobierno ya dejó caer que actuaría sin vacilar para, un mes después, realizar nuevos ajustes con los que garantizar la consolidación fiscal. El 1 de diciembre, Zapatero adelantó las líneas básicas del famoso plan B con medidas para "favorecer la inversión económica y el empleo" que incluían una rebaja fiscal en el Impuesto sobre Sociedades, así como un cambio en la definición de empresas de tamaño reducido.

Además, con el nuevo plan se procedería a la privatización de la gestión de los aeropuertos del Prat y Barajas, además del 30% de Loterías y Apuestas del Estado. Rodríguez Zapatero, después de producirse varios dimes y diretes entre Economía y Trabajo, anunció que no prorrogaría una vez más la ayuda de los 426 euros a los parados sin prestación, que finalizaría a mediados de este mes de febrero. Sólo unas horas después, el Gobierno hizo también efectiva una subida del impuesto especial al tabaco.

El regreso de los 400 euros

Apenas dos meses después de aquello, y fruto del acuerdo social y económico con empresarios y sindicatos, el Gobierno decidió dejar a un lado el debate sobre la vinculación del subsidio a la formación.

Recuperó directamente la ayuda a los parados sin prestación en forma de una paga de 400 euros que está previsto que apruebe este mismo viernes.

Impuesto para rentas altas

Si, en materia fiscal, volvemos de nuevo hacia atrás, a principios del mes de mayo, el Ejecutivo consideraba que no era el momento de aplicar un nuevo impuesto para las rentas más altas. Sin embargo, a finales de ese mes, él mismo abrió el debate en el Congreso de los Diputados anunciando que, en breves semanas, el Gobierno pondría en marcha el nuevo tributo, con "el objetivo de pedir un esfuerzo a los ciudadanos que tienen una alta capacidad económica".

Salgado afirmó en agosto que la estructura fiscal existente era "suficiente" para cumplir los objetivos de déficit, con lo que descartaba que el Ejecutivo estuviera planificando subidas de impuestos, aunque sin cerrar la puerta a pequeños ajustes, que se ceñirían al IRPF. Y aclaró que esos retoques se harían por cuestiones de equidad, no con afán recaudatorio.

Finalmente, en septiembre la vicepresidenta segunda explicaba que las medidas fiscales incluidas en el proyecto de ley de los Presupuestos permitirán ingresar el año que viene unos 500 millones de euros más en las arcas del Estado. Así se desprendía de las cifras que ofreció tras anunciar la subida impositiva en el IRPF de las rentas más altas y otras medidas fiscales como la reducción de la desgravación por la compra de vivienda o el mantenimiento del régimen fiscal para las empresas pequeñas que crezcan.

Recortes sociales

Los desmarques y la marcha atrás en materia social es especialmente llamativa si tenemos en cuenta que, a finales de abril, el presidente del Gobierno se comprometió a no permitir recortes en el sistema de protección social, sobre todo después de que España había rebasado entonces la barrera de los cuatro millones de parados. En aquellos momentos afirmó, durante la clausura del congreso de los socialistas gallegos: "En época de crisis, proponemos una política nítidamente progresista, de compromiso social, de cercanía a los trabajadores". Y advirtió de que, en las próximas semanas, se multiplicarían las voces de los que querían facilitar los requisitos para un despido que, finalmente, en la práctica flexibilizó.

El pasado 12 de mayo, Zapatero anunció en el Congreso de los Diputados el mayor ajuste social de la democracia con medidas extraordinarias para reducir el déficit que planteaban una rebaja de las retribuciones de los empleados públicos en 2010 y la congelación este año, la suspensión en 2011 de la revalorización de las pensiones, así como el adiós definitivo al cheque bebé.

En su comparecencia, el presidente justificó las nuevas medidas como un esfuerzo "especial, singular y extraordinario" necesario "precisamente ahora", cuando se están viendo "signos" que ponen de manifiesto el inicio de la recuperación económica.

¿Déficit por ley?

Hace apenas unos días, el presidente del Gobierno sorprendió, desde Bruselas, al mostrarse a favor de fijar por ley el control del déficit público y la estabilidad presupuestaria de las comunidades autónomas, una petición que había desechado en múltiples ocasiones argumentando que ya existe un compromiso de déficit por parte de las autonomías que se estaba cumpliendo.

Después de hacer oídos sordos a las múltiples peticiones del PP en este sentido y, horas antes, al requerimiento de la canciller alemana, Angela Merkel, Zapatero aseguró que este tema sería "objeto de debate" en España para "fortalecer desde el ordenamiento jurídico de la estabilidad presupuestaria".

Un millón de empleos 'verdes'

El pasado mes de noviembre, el presidente del Gobierno, de visita en Seúl (Corea del Sur) con motivo de la cumbre del G20, presumió del gran potencial de futuro que posee la economía verde para la creación de empleo, el avance tecnológico y la competitividad de la economía. En concreto, Rodríguez Zapatero aseguró que el sector de las renovables, el transporte y la edificación sostenible y la ecoindustria tienen en España un potencial de creación de un millón de puestos de trabajo en los próximos diez años.

Al menos por el momento, los datos dicen justo lo contrario. Según los cálculos de la Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF), desde septiembre de 2008 el sector fotovoltaico español ha perdido cerca del 90 por ciento del empleo temporal y el 30 por ciento del fijo, unos 30.000 puestos de trabajo en total.

Copago sanitario

El pasado 31 de enero, Rodríguez Zapatero desmentía al secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, que había declarado en una entrevista a El País que podría "reconsiderar en el futuro el copago sanitario".

El presidente del Gobierno salía al paso de esta afirmación, descartando tajantemente esta posibilidad: "El copago lo hemos estudiado a fondo y no merece la pena", aseguró el jefe del Ejecutivo en TVE. Sus argumentos: que el ahorro sería muy escaso y, por el contrario, generaría desincentivos para la salud. Ya el año pasado Elena Salgado había desmentido a Ocaña.

La vicepresidenta económica tuvo que negar que el Gobierno estudiase revisar el pacto salarial con los funcionarios. Y fue tres meses después de aquello cuando el propio Rodríguez Zapatero anunció un recorte medio del 5 por ciento del sueldo de los funcionarios y la congelación salarial en 2011.

Incluso la crisis de Gobierno

En materia estrictamente política, Rodríguez Zapatero negó una y otra vez días antes de acometer la crisis de Gobierno que no haría cambios en su gabinete más allá del relevo del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que se presentaba como número dos del PSC a las elecciones catalanas. Sin embargo, los cambios fueron muchos más y Zapatero tomó impulso con un nuevo Ejecutivo capitaneado por un todopoderoso vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba.

viernes, 21 de enero de 2011

Cuanto menos Pinta mejor nos va

El ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol ha asegurado hoy que la "suerte" que está teniendo España en la crisis económica es que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero "no manda", sino que lo hace la Unión Europea.

Pujol se ha expresado así en una conferencia en la sede de la Organización Médica Colegial en Madrid, con la que ha inaugurado unas jornadas sobre la medicina rural y en la que ha realizado un repaso de la situación de la economía y de la sanidad españolas.

"Europa está obligada a salvar a España, lo cual es una suerte para todos", ha añadido Pujol, quien considera que el Gobierno de Zapatero está obedeciendo "lo que le mandan" en Europa desde que, en la primera semana del pasado mes de mayo, anunció la congelación de las pensiones y la rebaja de salarios de los funcionarios.

Ha afirmado además que el hecho de que la UE dicte las medidas que debe adoptar el Ejecutivo es "una suerte" para Zapatero, porque, de no ser así, el presidente del Gobierno no podría haber dado "un giro tan radical" en su política, que es "una contradicción total" con lo que ha dicho durante años y años".

Preguntado por si coincide entonces con la opinión del ex presidente del Gobierno José María Aznar de que la economía española está "intervenida", Pujol ha respondido: "no era necesario que lo dijese Aznar, es la pura evidencia".

Zp Tarde muy tarde!!!!

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, carga sobre sus espaldas con la pesada responsabilidad de sacar a España de la crisis y, según The Economist, es un converso del ajuste fiscal. Pero Zapatero puede haber emprendido las reformas muy tarde y con poca fuerza, según la revista, que afirma que Zapatero se equivocó al culpar de la entrada del país en la recesión y de su tasa de desempleo del 20% "únicamente a una crisis global de crédito generada en el otro lado del Atlántico".

España creó muchos de sus propios problemas y las hipotecas con elevado riesgo son sólo el principio. "Estas deficiencias han sido descubiertas despiadadamente por la crisis del euro", añade. La historia se repite, hace un año la revista británica ya le dedicó un artículo al presidente español en tono de burla, con motivo de la presidencia española de la Unión Europea.

El artículo dice que Zapatero es un converso que ha abrazado una nueva política de reformas para reducir el crecimiento del déficit y de la deuda. "¿Ha visto Zapatero la luz?", se pregunta. Y la respuesta es que, si nos atenemos a sus últimas declaraciones, sí, ya que el presidente español proclama a los cuatro vientos su reciente afán reformista, que incluye la promesa sobre cerrar la reforma del sistema de pensiones en enero, entre otras medidas.

La renovada confianza de Zapatero para acometer estas reformas tiene varias causas, según The Economist, que destaca el acuerdo con el PNV para sobrevivir hasta las elecciones de 2012 o el nuevo papel que le dio a Alfredo Pérez Rubalcaba en octubre. En línea con el artículo publicado esta misma semana por el Financial Times, la revista señala que como lo más probable es que Zapatero no se presente a las próximas elecciones, no tiene nada que perder.

Asimismo, también celebra los avances en el control de los gobiernos regionales, que suponen una gran parte del gasto público, que supera al registrado en otros países, y a quienes se les exige ahora un mayor control de sus déficits.

A pesar de ello, The Economist incide en que la necesidad de reformas y austeridad en España es "urgente" y señala que, aunque la reforma de las pensiones parece garantizada, es necesaria avanzar en la del mercado laboral.